Carmen Espinoza
Escribiendo sobre Cito
Cito era un amigo entrañable con un corazón gigantesco, siempre con la palabra lista y la coherencia socialista en la mano, dispuesto a criticarnos, plantear la ruta a seguir, darnos una mano o hacernos reír.
Lo conocí en las celebraciones de la casa abierta de CEDET, donde Cito ponía la guitarra y nosotras las voces, palmas y a veces, solo los aplausos, para cumplir el ritual de alegrarnos por la Navidad, el Día de la madre, las Fiestas Patrias y todo lo festejable que encontrábamos a lo largo del año. Siempre terminábamos cantando La Internacional.
Después de que partió, nunca celebración alguna fue igual. Nos dejó su cariño, su inmenso recuerdo – en sentido literal – y la certeza de saber que, junto a Pepe Luciano y Fernando Espinoza, estará esperando que lleguemos a la otra dimensión para reunirnos.
Que sirvan estas pocas palabras para ratificar mi inmenso agradecimiento a la vida por darme la oportunidad de haberlo conocido, considerarme su amiga y sentir que nos acompañó en una parte del camino. Siempre lo aprecié, aunque tal vez no se lo dije. Que toda su familia sepa que nos sigue haciendo falta y que está en nuestro recuerdo, intacto, como el último día que lo vimos.
Compañero Cito, Presente
Carmen Espinoza
Afro-peruana feminista y lesbiana
21 de abril del 2021